sábado, 5 de marzo de 2011

ALCINA (G. F. Händel)


Las sopranos y los tenores siempre se han considerado como los reyes de la ópera aunque sean los escenógrafos los que mandan hoy en día. Por este motivo bien puede decirse que, en parte, están un poco destronados.

Siguen, desde luego, ejerciendo su función de divos de la lírica pero en otros tiempos lo han sido mucho más.

El sentirse especiales o únicos en su género dio lugar a que se tomaran muy en serio ese protagonismo.

Los divos de nuestros tiempos no llegan, ni con mucho, a las extravagancias de algunos en el pasado. Hay van algunos ejemplos.

· Durante los ensayos de la ópera de Händel “Ottone”, la soprano Francesca Cuzzoni (1700/1770) se negó a cantar su primera aria del papel de Teofane. El compositor la tomó por la cintura, la llevó hasta la ventana y la amenazó con arrojarla si no cantaba.

· [1] A Händel se le ocurrió juntar a Francesca Cuzzoni (ya comentada) con Faustina Bordoni (1697/1771) en una misma representación. El público estaba dividido: los partidarios de una abucheaban a la otra y viceversa. Un día, al final de la representación, animadas por sus respectivos seguidores, se empezaron a insultar, agarrándose literalmente de los pelos y acabaron rodando por el suelo. La Princesa de Gales, que asistía a la función, les recriminó su actitud.

· [1] Adelina Patti (1843/1919) era célebre por sabotear a sus rivales en escena. Un día, en una representación, se quedó mirando fijamente a otra soprano con una expresión de horror pintada en su cara. Ella susurró “¿Qué pasa?” y la Patti dijo en otro susurro: “¡¡Se te han caído las pestañas postizas del ojo izquierdo!!”. Ésta se arrancó las del ojo derecho para quedar iguales. ¡Era mentira! De manera que estuvo en toda su actuación con los ojos asimétricos.

· [1] Nelly Melba (1861/1931) era capaz de interrumpir en pleno agudo a otro cantante. Se cuenta que, al menos en una ocasión, hizo salir corriendo de escena a una compañera de reparto. La ópera se tuvo que cancelar, pero la señora Melba se ofreció gentilmente a dar un recital ella solita.

· [2] A Enrico Caruso (1873/1921) no le gustaba Nelly Melva (ya citada) hasta el punto que, en una representación de “La Bohème”, justo cuando canta “Che gelida manina”, el tenor agarró una patata caliente de entre bastidores y la colocó en su mano. Según otra versión se trataba de una salchicha. Después de todo, como representa a una pobre costurera de París, en pleno invierno, el regalo de una patata caliente podía resultar grato para calentarse e, incluso, comérsela.

Y no hemos hablado, hasta ahora, de otro tipo de rivalidades que están fuera de los escenarios: las de los aficionados. Los partidarios de uno u otro cantante se enfrentan entre si.

No es pequeño el follón que puede armarse con eso. Suele ser lo más discutido de toda la temática operística. Al fin y a la postre, convenzámonos, interviene el gusto personal y sobre ello es muy difícil discutir.

Por último queda el tema de los adictos a uno u otro autor. Esto no tiene, en general, la menor importancia salvo en el caso de que los compositores sean Giuseppe Verdi y Richard Wagner.

Ya desde el siglo XIX los devotos de uno y otro músico protagonizaron ríos de tinta en publicaciones y discusiones que, en más de una ocasión, les hicieron llegar a las manos.

En la actualidad yo creo que sigue latente este sentimiento que no acabo de comprender porque la devoción por uno no excluye sentir atractivo a las obras del otro.

Es la eterna canción de discutir cual es el mejor. Y ¿Qué mas da? si ellos ocupan su lugar en la historia de la música. De lo que se trata es de disfrutar oyendo las óperas de ambos.

[1] Sacado de la página web “Camino de música”
[2] Extraído de “Disastri all’opera” de Hugh Vickers


EL ARGUMENTO
Alcina tiene embrujado a Ruggero y lo mantiene en su isla sujeto a los placeres de los que el guerrero no sabe apartarse.

Bradamante, su prometida, llega a la isla para tratar de rescatarlo, haciéndose pasar por su hermano Ricciardo y escoltada por su tutor Melisso.

Morgana, la hermana de Alcina, se enamora enseguida del falso soldado Ricciardo y le anuncia que pronto verá en su palacio a la reina Alcina.

Llega ésta y Bradamante se indigna al ver a su amado Ruggiero sosteniéndole el espejo y siendo poco más que su perro faldero.

Alcina encarga a Ruggiero que muestre a los forasteros las bellezas del lugar.

Cuando Alcina se va, Bradamante reprocha a Ruggiero su infidelidad pero el fascinado caballero niega haber tenido jamás otro amor que el de Alcina.

Llega el joven Oberto en busca de su padre Astolfo, convertido ahora en fiera, otra víctima más de la hechicera. Es primo de Bradamante.

Oronte, el jefe de las tropas de Alcina, muestra su hostilidad hacia el falso Ricciardo por haber merecido la atención de Morgana.

Oronte advierte a Ruggiero que cuando Alcina se canse de él lo convertirá en un ser inanimado o en una bestia salvaje.

Ruggiero pide explicaciones a Alcina pero ésta rechaza la acusación. Bradamante aparece. Ruggiero lo ve como Ricciardo.

Por lo tanto, es un posible rival en el amor de Alcina. Morgana visita de nuevo a Ricciardo y Alcina confirma su amor por Ruggiero.

Melisso afea la conducta de Ruggiero y su vida actual en lugar de la de guerrero que le dio prestigio.

Con el anillo mágico del hada Angélica que le entrega Melisso, Ruggiero consigue contrarrestar el hechizo de la maga.

Reconoce su pésima vida en la isla, recuerda a Bradamante y desea volver a su patria. Melisso le advierte que Alcina no debe saber que se ha roto el encanto sobre él.

Alcina quiere convertir al falso Ricciardo en una fiera pero Ruggiero y Morgana la convencen para que no lo haga. Incluso permite que Ruggiero vaya de caza.

Llega Oberto a reclamar a su padre y Alcina le dice que pronto lo verá. Oronte advierte a la maga que Ruggiero, en vez de cazar, está preparando la fuga con los recién llegados.

Bradamante ha reconquistado a Ruggiero y Alcina se indigna. Pero los maleficios que invoca para castigarlo, se estrellan frente al poder del anillo.

Oronte se ha reconciliado con Morgana. Alcina entra y ruega a Ruggiero que se quede en la isla, pero él se niega.

Melisso ha preparado un barco para la fuga pero Bradamante quiere liberar antes a todas las víctimas de Alcina.

La maga le ofrece a Oberto una lanza para matar a un león, pero el muchacho reconoce a tiempo que es su propio padre.

Para destruir el poder de la maga, Ruggiero rompe la urna que encierra sus poderes. Alcina y Morgana desaparecen.

Se abren las rocas que caen del castillo destruido. Estas y los animales recuperan la forma humana de la que el poder de Alcina los había privado tanto tiempo. Todos se alegran del fin de la malvada maga.

EL AUTOR
Georg Friedrich Händel (1685/1759) fue un compositor alemán nacido en Halle. Se formó con el organista de su ciudad natal y le nombraron segundo organista a los doce años.

Sus primeros intentos operísticos le convencieron de la necesidad de viajar a Italia para perfeccionar su técnica compositiva. Partió hacia allí en 1706 y llegó a Roma donde conoció a Corelli y a los Scarlatti (padre e hijo).

En la ciudad eterna compuso su “Acide, Galatea y Polifemo”, una especie de cantata escénica que retomaría más adelante en su carrera. Y también su maravilloso oratorio “Il trionfo del tempo e del disingano”, estrenada en el palacio del cardenal Pietro Ottoboni, su protector.

En Venecia, donde conoció a Vivaldi, estrenó con gran éxito “Agrippina” que llamó la atención del príncipe Jorge de Hannover y gracias a su recomendación, le contrató su padre el rey Jorge.

En 1710 pasó a Londres, donde acababa de triunfar la ópera italiana como espectáculo de moda de la aristocracia. Un año después estrenó su primer éxito en Inglaterra: “Rinaldo”.

Llega un período de gran actividad al asociarse con Bononcini y dirigir la Royal Academy of Music, con muchas óperas de éxito como “Giulio Cesare (1724)”.

Por un cambio en el gusto del público que abandonó la ópera italiana y prefirió obras más próximas al espectador como “ The Beggar’s Opera (La ópera del mendigo)”, la Royal Academy se hundió en deudas.

Después de un período incierto, fundó una nueva compañía de ópera en sociedad con Heidegger, en el King’s Theatre de Haymarket. Para éste teatro preparó obras de gran espectáculo como “Partenope (1730)” y “Orlando (1733).

Disuelta esta compañía, Händel pudo montar empresa en el Covent Garden Theatre, con óperas más atrevidas para un público sofisticado. En 1735 dio allí “Ariodante” y la ópera que nos ocupa (“Alcina”) y en 1738 “Serse”, cuya aria “Ombra mai fu” no ha sido nunca olvidada.

Por problemas económicos que afectaron a su salud, abandonó la ópera y se dedicó a la composición de oratorios en lengua inglesa como “El Mesías”

LA ÓPERA
Händel tuvo más suerte con sus oratorios que con sus óperas, pues los primeros se integraron en la vida musical inglesa mientras que sus óperas fueron totalmente olvidadas, salvo algunos fragmentos en particular que se han hecho célebres.

Sin embargo, con la recuperación de la música barroca operada en el siglo XX, se nos han restituido bastantes de sus títulos, presentados en festivales, en algunos teatros y en el mundo del disco.

Las versiones tratan de aproximarse lo más posible a lo que hubiera sido en su tiempo pero no es nada fácil por la enorme distancia que nos separa.

Una de las cuestiones que no puede resolverse es la de los castrati. Muchos papeles de óperas de Händel fueron escritos ex profeso para este tipo de voz. Concretamente Alcina tiene dos.

Hemos contado el número de castrados que participaron en sus óperas y sale una cifra realmente fascinante: nada menos que veintitrés,

Hoy, en sustitución de aquel tipo de voz tan especial de los castrati, nos tenemos que conformar con las contraltos y mezzosopranos, en mujeres y contratenores para los hombres.

Alcina fue escrita por Händel en los primeros meses de 1735 y estrenada en el Coven Garden de Londres el 16 de abril del mismo año. Es calificada por muchos como la más versátil y completa de todas sus obras.

El libreto escrito por Antonio Marchi, está basado en el “Orlando furioso” de Ludovico Ariosto. Fue utilizado por primera vez por Albinoni en 1725.

Alcina es una impresionante ópera por su música, no por su argumento, que es demasiado barroco y lineal.

En manos de Händel la ópera barroca italiana alcanzó su culminación uniendo lirismo y comedia.

Las características musicales de la obra son; 1.- La expresión emotiva alcanza valores supremos; 2.- Las figuras de la mitología están perfectamente delineadas; y 3.- Se apoya en el valor melódico del aria “da capo”, donde el personaje expresa sus emociones.

Las arias “da capo” eran de estructura tripartita en formato ABA. El tema inicial (A) es contrastado por el segundo (B) de distinto carácter y tonalidad. El tercero (A) consiste en una reexposición del inicial pero ornamentado, para dar ocasión de lucimiento al cantante.

Händel estaba sentando las líneas fundamentales de la ópera seria, recreando las estructuras de Alessandro Scarlatti.

Algunas producciones del músico perdieron profundidad e interés por: 1.- La rigidez de formas; 2.- Las repeticiones de los mecanismos canoros; y 3.- El capricho de los cantantes que deseaban lucir sus habilidades.

Pero Händel era un extraordinario compositor por la habilidad de su escritura y su inspiración melódica.

Siguiendo las reformas de Scarlatti, con nuestro autor el género operístico queda estructurado en una serie de puntos fundamentales:

1.- Simplificación de libretos
2.- Estandarización del aria “da capo”
3.- Se crean los conjuntos
4.- Y se establece el recitativo acompañado

En Alcina, Händel introduce Coros e incluso secuencias de baile. Parece ser que estas últimas se deben a que el empresario había contratado a un grupo de ballet francés.

Todos estos elementos fueron evolucionando poco a poco, dando lugar a la ópera de la primera mitad del siglo XVIII,

De ellos tomó cuerpo la reforma de Gluck y con ellos- absolutamente estilizados- contó Mozart para sorprender con su “Idomeneo”.

LOS PERSONAJES
Alcina es un papel para soprano ligera de coloratura que requiere mucha agilidad y capacidad para los trinos. Actúa como una mujer llena de anhelo y pasión y es una poderosa maga enamorada de Ruggiero.

Ruggiero es un rol hecho específicamente para castrado, defendido hoy en día generalmente por una mezzosoprano de coloratura. Es un caballero cristiano enamorado de Bradamante pero fascinado por Alcina. Su conflicto es la elección entre el amor sensual, representado por la maga y el amor puro de su prometida.

Bradamante está escrito para contralto o mezzosoprano. Requiere habilidad para los trinos y coloratura. Es la dama prometida de Ruggiero que se disfraza para hacerse pasar por su hermano Ricciardo con el fin de rescatar a su prometido.

Morgana debe ser una soprano flexible con trinos ágiles. Hermana de Alcina y enamorada de Oronte.

Oronte, defendido por un tenor con agilidad y coloratura, es el jefe de las tropas de Alcina y enamorado de Morgana.

Oberto correspondería a un castrado pero hoy lo canta una soprano. Hijo de un antiguo amor de Alcina, Astolfo, que ha sido convertido en fiera.

Melisso es el típico papel para bajo cantante. Tutor, consejero y compañero de viaje de Bradamante.

Coro y Ballet con numerosas intervenciones.

ALGUNAS OPINIONES
Magdalena Kozema (mezzosoprano): “La música de Händel respira teatro. Todas las líneas vocales están al servicio del drama pero al mismo tiempo son muy musicales”.

Mark Minkowki (director): “Adoro a Händel porque ha escrito cosas magníficas para la voz, siempre de enorme calidad”.

Jonathan Miller (director): “Me gusta Händel y hay que hacerlo muy abstracto y muy simple aunque creo que hay que situarlo asimismo en el siglo XVIII”.

Alberto Zedda (musicólogo y director): “Un buen cantante rossiniano que hace los adornos y tiene la técnica y el estilo belcantista, puede interpretar excelentemente a Mozart, Händel o Monteverdi. No hay voces barrocas y no barrocas, creo que hay voces bien educadas y otras que no lo están”.

FRAGMENTOS DESTACADOS
Vamos a procurar elegir un momento musical para cada uno de los siete personajes, además del Coro y la Orquesta.

01.- Orquesta: Obertura. Animado fragmento orquestal con un sabor muy händeliano. Se trata de dos temas contrastados, el segundo con variaciones.

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02.- Alcina: Aria de salida. “Di, cor mio, quanto t’amai (Di, mi corazón, cuanto te quise)”. Autentica declaración de amor de la maga hacia Ruggiero con palabras como: “Donde mirando fijamente a los ojos, me dijiste con una mirada: Padezco y ardo tanto como tu”

OÍR_AUDIO02_Sutherland

03.- Ruggiero: Aria “Sta nell’Ircana pietrosa (En la Arcana, pedrosa…)” Todo el fragmento está impregnado de un aire marcial y se acompaña de trompa. Es un canto que anticipa la victoria sobre la maga.

OÍR_AUDIO03_Berganza

04.- Bradamante: Aria “È gelosia, forza è d’amore (Es celosía, fuerza es de amor)”. Es una imprecación del fingido Ricciardo a Morgana y Oronto, alternativamente y como consecuencia de los celos de este último.

OÍR_AUDIO04_Sinclair

05.- Morgana: Aria de salida. “O sapre al riso (Oh sonrie…)”. La enamoradiza maga, nada más ver a Bradamante disfrazado de Ricciardo, quiere poseerlo y esta es su declaración de amor.

OÍR_AUDIO05_Sciutti

06.- Oronte: Aria “Sempliceto! A donna credi? (¡Simple! ¿Crees a una mujer?)”. En la conversación que tiene con Ruggiero, le avisa de que, cuando se canse de él Alcina, lo convertirá en fiera. Ruggiero no le cree y esta aria sirve para convencerle de que le engaña.

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07.- Oberto: Aria de salida. “Chi m’insegna il caro padre (¿Quien me dirá donde está mi padre?)”. Melancólico fragmento de este joven que llega al reino de Alcina para encontrar a su progenitor.

OÍR_AUDIO07_Freni

08.- Melisso: Aria “Pensa a chi geme (Piensa quien llora…)”. Única pieza solista para bajo de toda la obra. Es una perorata entre recriminación y súplica.

OÍR_AUDIO08_Flagello

09.- Coro: “Questo è il cielo de’ contenti (Esto es el cielo de los contentos…)”. Conjunto vocal formado por los habitantes del palacio de Alcina. Cantan sus delicias. Va precedido de unos golpes de timbal para dar magia al momento.

OÍR_AUDIO09

10.- Ballet: Buscando una mayor espectacularidad en la obra, el director del teatro contrató a una compañía francesa y Händel tuvo que componerles la música con la iban a danzar.

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DISCOGRAFÍA
Dentro de las opciones, aconsejamos como AUDIO éste que consideramos tradicional
Alcina - George Friedrich Händel
Año de grabación …………. 1962
Director…….......Richard Bonynge
Alcina............. Joan Sutherland
Morgana......... Graziella Sciutti
Ruggiero ........ Teresa Berganza
Bradamante ... Monica Sinclair
Oronte ............ Luigi Alva
Melisso ........... Ezio Flagello
Oberto ............ Mirella Freni
Orquesta: London Symphony
Grabado en estudio

Y para el VÍDEO este otro
Alcina - George Friedrich Händel
Año de producción …………… 1999
Director……………..Alan Hacker
Alcina …………… Catherine Naglestad
Morgana ………… Catriona Smith
Ruggiero ………… Alice Coote
Bradamante …….. Helene Schneiderman
Oronte …………… Rolf Romei
Melisso …………… Michael Ebbecke
Oberto ……………. Claudia Mahnke
Orquesta: Staatsorchester Stuttgart
Grabado en directo

2 comentarios:

Miguel dijo...

Gracias

Zarzamora dijo...

Voy a ver la ópera Alcina al teatro Real. Es la primera vez que voy a la ópera. ¿Crees que la aguantaré?