sábado, 12 de marzo de 2011

EL CAZADOR FURTIVO- DER FREISCHÜTZ (Weber)


De todos es sabido que en los teatros existe siempre lo que se llama “palco de honor” o “balcón de autoridades”. Consiste en un lugar generalmente cerrado cuando no acuden los “peces gordos”, ubicado justo en el centro de la sala y con acceso no demasiado complicado pero con el requisito imprescindible de que dicho acceso sea de fácil control.

Es evidente que en un teatro tan moderno como el Palacio Euskalduna de Bilbao, no podía faltar este sitio. Sin embargo, al no ser un teatro al uso en herradura, sino que sirve también para Congresos, la visibilidad, siendo buena, resulta demasiado distante, es decir queda excesivamente lejos el escenario.

Los días de función se reúnen allí autoridades, cargos políticos, directivos de ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera) e invitados. Aparte de seguir la representación, se les da un refrigerio con pinchos, lo que permite el intercambio de opiniones y puntos de vista diversos sean referidos a la Asociación o no.

Un comunicante llamado Giosta, en el anecdotario de Hispaopera, relata esta anécdota. Yo me he limitado a narrarla con mis propias palabras pero el autor del sucedido es él.

Era día de función y aprovechando un entreacto, el protagonista de la historia se encontró con un conocido que había sido durante muchos años socio con algunas responsabilidades.

Como tenía que solicitar de ABAO una determinada gestión, pidió que le presentara a algún mandamás de la Junta Directiva.

Los dos se encaminaron hacia el Palco de Autoridades y como su acompañante era conocido, les dieron acceso con facilidad. Allí se encontraron con la responsable de publicaciones.

Ella, muy amable y solícita, estaba, como es lógico, atendiendo al numeroso personal que se congregaba en el habitáculo. Tuvieron que interrumpirla y les atendió adecuadamente.

Efectuada la gestión, el conocido se fue a su butaca y el narrador del episodio, como todavía era pronto, buscó un lugar en ese mismo piso donde sabía que dejaban fumar o por lo menos, no te llamaban la atención si lo hacías (hoy en día sabemos que está prohibido).

Apurando las últimas bocanadas de humo, sonó el primer aviso de que iba a comenzar la representación. Con cierta prisa el contador del suceso se dirigía a su asiento situado en un piso inferior, cuando fue abordado por una persona que sin mediar otra palabra le dijo: “¿Qué, Vamos?”. Por su apariencia física se podía presuponer que era un guardaespaldas.

Quedó tan sorprendido que se limitó a seguirle para ver si se aclaraba la cuestión. Fue directo al palco de autoridades y allí, el político de turno pregunto: “¿Quién es ese?”.

Él respondió por su acompañante diciendo que era un simple aficionado al que habían traído sin pedirlo.

El concejal se echó a reír y sirvió para que nuestro protagonista pasara el resto de la velada entre gente importante, pues no había ya tiempo material para desplazarse a su butaca.

EL ARGUMENTO
Se celebra en el bosque una preparación para el concurso de tiro que tendrá lugar al día siguiente.

El interés que tiene Max en la competición es que Kuno, el guardabosques del príncipe Ottokar, entrega al ganador la mano de su hija Agathe, a quien nuestro protagonista ama con pasión. Además el ganar la convocatoria supone la sucesión en el cargo de guardabosques.

Max se desespera porque todos sus tiros salen mal y los asistentes se ríen. No sabe que esto lo provoca Kaspar, que le va a proponer un trato.

Kaspar le ofrece una solución a su problema: la fabricación de unas balas mágicas que no fallan. Max acepta y acudirá a media noche a un lugar señalado del bosque.

Agathe tiene una angustia inexplicable. Ella y su prima Ännchen están clavando un cuadro, pero se cae, algo que consideran de mal agüero.

Llega Max, agitado, pretextando que ha olvidado recoger una pieza de la caza en el barranco del lobo. Aunque ella trata de disuadirlo, sale corriendo hacia allí.

En el barranco, Kaspar, que ha llegado antes, ha evocado a Samuel (el diablo). Éste se presenta, reclamándole una vida: mañana, como máximo, se la tendrá que entregar. Kaspar suplica un nuevo plazo y el demonio accede de mala gana.

Max aparece y empieza la fabricación de las balas mágicas a la media noche en punto. Cada bala provoca un desajuste de las leyes naturales y por eso se oyen gritos de animales salvajes, mugidos de la naturaleza, truenos y tempestades.

En el momento de fabricar la última, un terremoto sacude el lugar. Luego se hace el silencio. Las balas mágicas ya están listas para funcionar.

A la mañana siguiente los cazadores han ejercido en el bosque sus habilidades en presencia del príncipe Ottokar. Gracias a las balas mágicas, Max ha vencido en las tres pruebas que les han propuesto.

Como el príncipe se ha sorprendido de sus resultados, teme que le hagan tirar nuevamente. Por eso pide más balas a Kaspar, pero éste se niega a dárselas. Sabe que a Max sólo le queda una y que la última bala va a matar a quien la dispare.

En su casa, Agathe expresa su fe en la protección divina pero no logra vencer su angustia. Su prima trata de animarla.

Acuden las damas de la novia con una caja que debería contener las flores de boda. Al abrirla aparece una corona funeraria,

Agathe se sobrepone y tomando las flores que le mandó un ermitaño, hace con ellas una corona de novia.

Pasan los cazadores del bosque cantando los placeres de la vida de su oficio. En el bosque, el príncipe Ottokar, Kuno y algunos otros, están celebrando la jornada.

El príncipe felicita a Kuno pues se lleva un buen yerno. Para acabar el concurso falta el tiro final. Kaspar se sube a un árbol para ver lo que va a ocurrir. Si Max muere, será su salvación por un tiempo, sino será conducido a los infiernos.

Max se dispone a tirar a la paloma blanca que el príncipe le indica pero llega Agathe diciendo que no dispare. Aún así, Max dispara y la bala da en Kaspar, que cae del árbol. Agathe también queda sin sentido.

Aparece un ermitaño entre la multitud. Levanta a Agathe que sólo está conmocionada. Ottokar, extrañado, quiere saber qué significa lo que ha ocurrido.

Max lo confiesa todo y el príncipe quiere expulsarlo de sus dominios. Interviene el ermitaño que propone sólo un año de retraso en la boda y el perdón de su pecado. Los aldeanos aceptan esta solución.

EL AUTOR
Carl Maria von Weber (1786/1826), compositor, pianista y director de orquesta alemán, primo de Konstanze Weber, la esposa de Mozart, con los que no tuvo ninguna relación.

Era hijo de una familia de artistas y por eso iba de un sitio para otro con el grupo itinerante de su padre. Esto supuso que desde su juventud conociera profundamente el teatro.

Tuvo distintos profesores entre los que destacan Michael Haydn (hermano del gran compositor) y el abate Vogler.

Es curiosa la constatación de que nuestro compositor es de los pocos, sino el único, del norte de Alemania, que se dedicó preferentemente al género operístico.

En sus cambios de residencia buscó oportunidades para ir estrenando las obras que iba completando. Era un adepto a las nuevas ideas románticas. Le fascinaban las historias medievales, los paisajes agrestes y los relatos caballerescos.

Fueron las obras de Mozart en lengua alemana las que le condujeron por el camino de la ópera en ese idioma, en lugar de trabajar el género italiano.

Comenzó su carrera como pianista en la corte de Wütemberg, donde compuso su primera obra dramática, “Silvana”, en 1810. Un año después escribió la graciosa comedia “Abu Hassan”.

En 1813 fue nombrado director del Teatro de Praga donde realizó significativos trabajos para la ópera alemana, En 1817, el rey de Sajonia le contrató para dirigir el teatro alemán de Dresde, que tenía una vida muy modesta en comparación con el de ópera italiana,

Cuatro años más tarde tuvo lugar el estreno de “El cazador furtivo (Der Freischütz)”, haciendo famoso a su autor. En 1823 presentó en Viena “Euryanthe” con un éxito mucho menor.

Por esta época se hicieron más dolorosos los síntomas de su enfermedad pulmonar. Aún así, en 1826 viajó a Londres para estrenar su “Oberon”. Se agravó la enfermedad con tanta rapidez, que no pudo regresar y allí murió.

LA ÓPERA
Se podría calificar la fecha del estreno de “El cazador furtivo” como la del nacimiento de la ópera alemana, teniendo como antecedentes clásicos a “La flauta mágica” de Mozart y el “Fidelio” de Beethoven.

Y es que la figura de Weber tiene mucha importancia en la historia de la música teatral alemana. En primer lugar es el modelo y predecesor de Wagner.

Pero es que además se distingue por: 1.- su inspiración popular; 2.- su manera de escribir, sencilla y directa; 3.- sus tiernas melodías; 4.- el sano romanticismo que lo caracteriza; y 5.- la maestría técnica, sobre todo en la instrumentación.

Todo ello le ha asegurado un lugar entre los grandes de la historia de la música.

El incipiente romanticismo alemán era muy aficionado a historias de espíritus y fantasmas. Así el texto en el que se basa la ópera estaba muy difundido en la época: “El libro de los espíritus” de J. Apel y F. Laun.

A poco de nombrarle Kapellmeister de la corte de Sajonia con sede en Dresde, Weber encargó a Friedrich Kind que hiciera un libreto sobre la historia de “El cazador furtivo” en el que es seguro que participó en la redacción del texto.

Quiso dar un sentido cristiano a la historia pues era un hombre profundamente religioso. Por otro lado, el autor del libreto no sería un gran poeta pero tenía una vena popular que contribuyó al éxito de la obra.

La Naturaleza y el paisaje son más que decorados: son el terreno en el que florece el argumento y cobran vida los personajes. Sobre todo es el bosque alemán el que se encuentra en la obra, en su transfiguración romántica.

Es el lugar de la paz interior, de la reflexión y la meditación, de los sueños turbados, de los sentimientos nobles, de la vida misteriosa y también el escenario de los espíritus. Un mundo aparte en el que el romanticismo pudo cristalizar sus anhelos.

Desde el punto de vista musical, todas las virtudes de Weber- que son las del romanticismo- tienen aquí su más bella expresión: la melodía vital, entusiasta, tierna, conmovedora, con carácter y noble; y la armonía concentrada en puntos de tensión, a mitad de camino entre Mozart y Wagner.

Weber concibió la obra a la manera de un Singspiel, con números cantados unidos por abundantes pasajes hablados.

Tenía el don de crear melodías que, poco después de su aparición, se quedaban en el oído y en el corazón del oyente. Pocas obras tienen piezas que se hicieran tan populares.

Supo lograr nuevos matices para la orquesta logrando un “color” que subraya la acción dramática. De modo y manera que también en este aspecto sería difícil pensar en un Wagner sin un Weber.

EL ESTRENO
El compositor comenzó a componer la música en julio de 1817 y la concluyó en mayo de 1820. Le supuso, por tanto, un trabajo de tres años. Ninguna otra, hasta entonces, le había entretenido tanto.

La historia en la que se basa- una leyenda popular- era muy conocida en su tiempo. Eso hizo crecer la expectación entre los posibles espectadores.

Pudo estrenarla en Dresde pero toda la corte era declaradamente italianista. Por eso prefirió presentarla por primera vez en Berlín, el 18 de junio de 1821. Obtuvo un gran éxito y durante un tiempo se convirtió en una de las óperas más escenificadas.

El entusiasmo por la nueva obra se basó en diferentes sentimientos: de un lado el musical y de otro el nacional. Era la época en que crecía la conciencia nacional alemana con una fuerte movilización social.

A pesar de su estilo alemán, cruzó rápidamente las fronteras. En 1824 se dio en Londres en nueve teatros a la vez. Su difusión fue totalmente internacional. En España, llegó a Barcelona en 1849 y a Madrid en 1870.

LOS PERSONAJES
Todos los personajes tienen su origen en la comedia pastoral y la concepción de los caracteres puede parecer algo simple pero crea tipos que produjeron una fuerte impresión en el público de aquella época y que hoy todavía convencen.

Resulta evidente el intento del autor de hacer una obra regida por la idea central de la oposición entre las fuerzas del bien y las del mal.

Los participantes de la historia y la propia naturaleza toman cuerpo en función de esta clasificación. Así en ambos extremos están Agathe y Kaspar y en el centro está Max, disputado por ambos.

Max es un papel para tenor lírico con suficiente fuerza para superar momentos orquestales densos. Cazador enamorado de Agathe, teme perderla en el concurso de tiro y por eso recurre a la magia. Se encuentra en una encrucijada defendida por las fuerzas del bien y del mal.

Agathe, escrita para soprano lírico-spinto o lírico-dramática. Requiere capacidad para transmitir sentimientos. Joven enamorada de Max, en la obra representa a las fuerzas del bien.

Ännchen, rol para soprano lírica con facilidad para la coloratura. Prima de Agathe, es una muchacha sencilla y simpática.

Kaspar, cazador que, como corresponde a su identidad de alguien que vendió su alma al diablo, debe ser defendido por un bajo. Para salvarse ha de encontrar otra víctima a través de unas balas mágicas.

Kuno, padre de Agathe y guardabosques del príncipe Ottokar. Su tesitura ha de ser de bajo.

Kilian, un campesino. Voz de bajo.

Ottokar, príncipe de Bohemia. Papel decorativo para barítono.

Un ermitaño, para bajo con intervenciones al final de la obra.

Damas de la novia, minúsculo papel para soprano y mezzosoprano.

Samuel, el diablo. Papel hablado truculento y siniestro.

Coro con importantes intervenciones.

FRAGMENTOS DESTACADOS
1.- Obertura: Es de las denominadas “popurri” porque todo lo que está en ella se repetirá a lo largo de la ópera. La música sugiere la suave penumbra del bosque alemán, los misterios fantasmales y amenazadores de la garganta del lobo, la alegría de la vida del pueblo y el júbilo de la victoria del amor.

OÍR_AUDIO1

2.- Escena con Coro y Orquesta: Himno en honor del tirador Kilian por haber alcanzado un blanco difícil. Después se organiza una procesión al son de una marcha animada, llevando victorioso al ganador, quien se enorgullece de ello mientras que el coro de aldeanos le toma el pelo.

OÍR_AUDIO2

3.- Vals bohemio: Durante una fiesta con motivo del concurso de tiro, suena este alegre vals que es bailando por todos los aldeanos. Su melodía se repite numerosas veces hasta que poco a poca se va apagando para hacerse casi imperceptible.

OÍR_AUDIO3

4.- Max: Recitativo y Aria. “Nein, langer trag’ich die qualen (No, no soporto más los tormentos)”. Extensa y difícil parte para el tenor, que tiene la característica de que, en realidad, se trata de un recitativo y un aria doble. En la segunda parte escuchamos una melodía ya oída en la Obertura. Nuestro protagonista se lamenta de su mala puntería y después recuerda amorosamente a su amada.

OÍR_AUDIO4_Kollo

5.- Ännchen: Arieta. “Kommt ein schlander bursch gegangen (Si viene de paso un apuesto mozo)”. Alegre fragmento, como corresponde al carácter de la muchacha, en el que sueña con un apuesto joven que la corteje.

OÍR_AUDIO5_Donath

6.- Agathe: Aria. “Wie nahte mir der schlummer (¿Cómo me llegará el sueño?)”. Episodio con mucha dificultad, no tanto en el canto sino en la expresión pues la protagonista se recrea en la ensoñación del anochecer. La última parte del fragmento nos resultará ya conocida por haberla escuchado en la Obertura.

OÍR_AUDIO6_Behrens

7.- Entreacto: Breve composición orquestal rica en matices, para aumentar la tensión dramática. Una parte importante de la pieza se la lleva la trompa en alusión a los cazadores.

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8.- Canción popular: “Wir winden dir den jungfernkranz (Te ceñiremos tu corona de novia)”. Las cuatro damas de honor van pasándose alternativamente la parte solista de este fragmento, cantando juntas el estribillo. Alude a una historieta de un mozo que regresó al pueblo después de siete años para casarse con su novia. Obsérvese la perfecta conjunción entre canto y parte hablada.

OÍR_AUDIO7

9.- Coro de cazadores: “Was gleicht wohl auf erden dem jägervergnügen? (¿Qué iguala en la tierra el placer del cazador)”. Magnífico canto coral que, con toda seguridad, es el fragmento mas conocido de la ópera junto con la Obertura. Dio lugar a una afición por los coros que se extendido incluso fuera de Alemania. Una parte destacada del acompañamiento orquestal se lo lleva la trompa como es lógico suponer si se trata de cazadores. Elogian las virtudes de su oficio.

OÍR_AUDIO9

DISCOGRAFÍA
Se ha elegido el AUDIO que viene a continuación pero no queda atrás una grabación con Kubelik- Kollo- Behrens- Meven- Donath :

Der Freischütz - Carl Maria von Weber
Año de grabación .................. 1973
Director......................Carlos Kleiber
Ottokar ...................... Bernd Weikl
Kuno ......................... Siegfried Vogel
Ágata ........................ Gundula Janowitz
Max ........................... Peter Schreier
Ännchen ................... Edith Mathis
Kaspar ..................... Theo Adam
Kilian ....................... Günther Leib
Samiel ………………. Gerhard Paul
Eremita …………….. Franz Crass
Orquesta………. Staatskapelle Dresden
Coro …………… Radio de Leipzig
Grabado en estudio

Y para el VÍDEO, este:

Der Freischütz - Carl Maria von Weber
Año de producción.............. 1981
Director....................Dennis Russell Davis
Ottokar .................. Wolfgang Schöne
Kuno ..................... Fritz Linke
Ágata ................... Caterina Ligendza
Max ...................... Toni Krämer
Ännchen ............... Raily Viljakainen
Kaspar .................... Wolfgang Probst
Kilian .......................Helmut Holzapfel
Samiel ..................... Wolfram Raub
Eremita ..................... Roland Bracht
Orquesta y Coro
Würtembergisches Stadtstheater Stuttgart
Grabado en directo

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